Hoy, sábado, 10 de noviembre de 2018, un día antes del Día de Veteranos, levantamos nuestras voces para denunciar distintas
situaciones a las cuales se enfrentan las familias de las y los veteranos.
Oprima este enlace para ver nuestro video: https://youtu.be/qNSW_OK345M
Hoy expresamos nuestras preocupaciones frente a este
centro de reclutamiento militar en Hato Rey, Puerto Rico, porque es aquí donde
los jóvenes, ilusionados por mejorar su calidad de vida, firman un contrato
militar que se convierte en pesadillas.
Estos centros de reclutamientos reciben $3000 millones
anualmente, mientras que los hospitales de veteranos carecen de equipo y
personal médico.
El señor Luis Rafael Ballester, veterano de la Guerra
del Pérsico, falleció por complicaciones surgidas por la exposición a uranio
empobrecido. Este es un metal pesado y muy toxico, que dura 4.5 mil millones de
años, y el Gobierno de Estados Unidos (GEU) lo utiliza indiscriminadamente en las
municiones de las fuerzas armadas. La misma se aspira, entra por los poros y
causa mucho daño a todo ser viviente (cáncer, daño renal, y al hígado, a los
pulmones, a la piel y muchos más). Los hijos engendrados por esos veteranos
suelen también tener daño físico.
Don Luis falleció a consecuencia directa de esa
exposición, pero en su certificado de defunción, eso no aparece. El Hospital de
Veteranos amapucha esos casos para evitar compensar al veterano y a sus
familiares. Cuando muere un veterano, muchas veces suspenden las pensiones a su
viudo o viuda, causando mucho disloque a las familias.
Denunciamos que el Hospital de Veteranos en Puerto
Rico no tiene una sala de trauma. De manera que cualquier veterano que necesite
esos servicios tiene que ser trasladado al Centro Medico, donde todos sabemos,
hay una demanda extraordinaria por sus servicios.
Denunciamos además, que solamente hay 30 camas psiquiátricas.
Por lo tanto, en muchas ocasiones los veteranos tienen que ingresar en
hospitales privados, o no ser atendidos.
Orlando González, veterano convicto por asesinar a 2
personas en Ponce y quien recibió cadena perpetua, fue víctima de eso. En 2
ocasiones en que su familia intentó recluirlo, se les informó que no había
camas psiquiátricas. Y en menos de 3 meses, ya Orlando había asesinado a 2
personas debido a su trauma de las guerras.
Esteban Santiago fue sentenciado a cadena perpetua por
asesinar a 5 personas en la Florida después de que su familia en varias
ocasiones trató infructuosamente de buscarle ayuda en el hospital de veteranos.
Hay más militares heridos en combate que sobreviven dada
la inmensa cantidad de militares que participan en la guerra.
En la guerra de Irak y Afganistán han participaron, al
momento de este escrito, 2,680, 000 militares. ¡15,000 del ellos fueron
boricuas!
El GEU sigue reenviando al escenario de guerra por la
maldad de la orden administrativa “parar las perdidas” o en inglés, stop the loss,
que comenzó en el 2001.
Esa orden exige que se sigan reenviando a los
militares a las guerras múltiples veces. Claro, se para la perdida para el GEU,
porque es un militar menos que hay que adiestrar. ¡Pero el costo para la salud
física y emocional para los militares y sus familiares es enorme!
11% de los veteranos que regresan vivos están
mutilados (1,650 son boricuas).
La discapacidad mayor de estas guerras se conoce como
el daño traumático cerebral (traumatic brain injury). Sus síntomas semejan un
derrame cerebral: problemas al hablar, parálisis e inmovilidad. Estos no se valen por
sí mismo. Ellos requieren un tratamiento médico bien costoso y especializado.
El Hospital de Veterano de Puerto Rico no atiente a
estos veteranos al no tener una sala de trauma. El veterano se tiene que
trasladar de su propio peculio a algún hospital de veteranos en Estados Unidos
(EU) donde lo puedan atender. Algún familiar tendría que acompañarlo dada la
severidad de su condición.
El costo emocional y financiero para estas familias es
inconmensurable. A ellos y ellas les decimos que no se sientan solos. Madre
Contra la Guerra le apoyará siempre, porque la maternidad es vida. ¡Luchemos
por la paz!
Sonia Santiago Hernández, Portavoz
787-619-5175, www.madrescontralaguerra@gmail.com
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