25 de julio de 2017
Siempre leo lo que escribe Awilda Rodríguez para aprender y para activar el módulo de la imaginación y de la creatividad e inspirarme con su caudal de ideas.
Si el movimiento anexionista es capaz de retar la voluntad del imperialismo norteamericano con el Plan Tennessee, los que creemos en un Puerto Rico libre y soberano, muy bien podemos emular ese esfuerzo de auto determinación por la justa causa de la libertad. Organizados como una democracia representativa, con un senado y una cámara de representantes electas por el voto popular libremente expresado en las elecciones generales del 2016 y un Gobernador igualmente endosado, podemos exigir en nombre de ese apoyo electoral la descolonización de nuestra patria, validando la soberanía de nuestro Pueblo, bien sea como una República independiente o una en libre asociación con los Estados Unidos.
Al Plan Tennessee le oponemos el Plan Coquí.
¿Cuantos somos? Pues si sumamos y restamos correctamente veríamos que el Junte Soberanista cuenta con un respaldo electoral que iguala o supera el de los anexionistas. Con la ventaja de que el Congreso Federal no tendría que comprometerse con la idea, no querida por ellos, de hacer a Puerto Rico el Estado 51.
Y voy a los números porque lamentablemente en nuestra relación colonial con los Estados Unidos cuentan mas ellos (los números) que la dignidad de millones de puertorriqueños humillados por una Junta de Control Fiscal que abiertamente viola sus derechos humanos y de paso, todos los principios que definen una DEMOCRACIA.
Es vergonzoso para los que repudiamos el coloniaje y la asimilación como una variante suicida del coloniaje, ver cómo mientras los anexionistas “se las juegan” con el Plan Tennessee, los populares y su claque colonialista siguen en la defensiva buscando formas y maneras de revivir el cadáver del Estado Libre Asociado, la gran mentira que nos ha conducido hacia la quiebra moral y económica que vivimos los puertorriqueños en el 2017.
No nos podemos cruzar de brazos los que proponemos la descolonización de Puerto Rico. Vamos a validar pública y políticamente la SOBERANÍA de nuestra patria para entonces, desde nuestras cámaras legislativas, legislar como manda en una democracia defendiendo los intereses de los puertorriqueños libre de la intervención de cuerpos políticos extranjeros.
AHORA O NUNCA.
Si el movimiento anexionista es capaz de retar la voluntad del imperialismo norteamericano con el Plan Tennessee, los que creemos en un Puerto Rico libre y soberano, muy bien podemos emular ese esfuerzo de auto determinación por la justa causa de la libertad. Organizados como una democracia representativa, con un senado y una cámara de representantes electas por el voto popular libremente expresado en las elecciones generales del 2016 y un Gobernador igualmente endosado, podemos exigir en nombre de ese apoyo electoral la descolonización de nuestra patria, validando la soberanía de nuestro Pueblo, bien sea como una República independiente o una en libre asociación con los Estados Unidos.
Al Plan Tennessee le oponemos el Plan Coquí.
¿Cuantos somos? Pues si sumamos y restamos correctamente veríamos que el Junte Soberanista cuenta con un respaldo electoral que iguala o supera el de los anexionistas. Con la ventaja de que el Congreso Federal no tendría que comprometerse con la idea, no querida por ellos, de hacer a Puerto Rico el Estado 51.
Y voy a los números porque lamentablemente en nuestra relación colonial con los Estados Unidos cuentan mas ellos (los números) que la dignidad de millones de puertorriqueños humillados por una Junta de Control Fiscal que abiertamente viola sus derechos humanos y de paso, todos los principios que definen una DEMOCRACIA.
Es vergonzoso para los que repudiamos el coloniaje y la asimilación como una variante suicida del coloniaje, ver cómo mientras los anexionistas “se las juegan” con el Plan Tennessee, los populares y su claque colonialista siguen en la defensiva buscando formas y maneras de revivir el cadáver del Estado Libre Asociado, la gran mentira que nos ha conducido hacia la quiebra moral y económica que vivimos los puertorriqueños en el 2017.
No nos podemos cruzar de brazos los que proponemos la descolonización de Puerto Rico. Vamos a validar pública y políticamente la SOBERANÍA de nuestra patria para entonces, desde nuestras cámaras legislativas, legislar como manda en una democracia defendiendo los intereses de los puertorriqueños libre de la intervención de cuerpos políticos extranjeros.
AHORA O NUNCA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario