por Armando Rivera Carretero
Este ensayo recoge los acontecimientos que
durante el siglo XIX y hasta1898, afectaron Iglesia Católica española en Puerto
Rico. Durante este periodo fue la Iglesia Oficial del Reino Español[1]. Analizaremos críticamente
el proceso durante el siglo XIX de como de una Iglesia en una posición majestuosa,
poderosa, influyente, con medias económicos holgados al principio de del siglo
XIX, termino en 1898 culmino en quiebra eclesial, económica, institucional,
magisterial, oficial y social.
A
manera de trasfondo histórico es conveniente señalar que las alianzas entre las
instituciones religiones y los soberanos, explicitas o implícitas, han sido
registrados en numerosísimas ocasiones atreves de miles de años de historia. El
caso de la Iglesia Católica en Puerto Rico desde el 1511[2] hasta el 1898, esta
insertado en este paradigma histórico. Durante el periodo mencionado, la
Iglesia Católica estuvo en una fuerte alianza, con el Monarca español. Estuvieron
en una relación de mutuo beneficio y defensa, donde la Iglesia le otorgaba la
más alta legitimidad posible al Monarca español[3] en términos teológicos,
aseverando como un dogma de fe que ambos ostentaban sus posiciones por orden y
deleite de Dios[4].
Un
área donde la Iglesia utilizo su prestigio incesantemente fue en sus sermones y
las Apologías. Nos indica José A Portero Molina[5] que “Los supuestos y
fundamentales en todos los sermones y apologías del clero español de la época
estudiados por Portero, serán los mismos en Puerto Rico y Cuba”.[6] Resumidos estos incluían
los siguientes temas: Primero, que la estructura social española es inmutable y
fue creada por Dios. Intentar cambiarlas no solo resultaría en insurrección
sino también rebelo contra Dios. Segundo, que el Rey es el vicario de Dios en
la tierra. Tercero, los enemigos del Rey son también enemigos de Dios. Y, por
último, la libertad va en contra del régimen social ordenado por Dios, por lo
tanto, La Libertad es un pecado de rebeldía contra Dios[7].
El
Monarca y Estado Español a su vez, reciprocaban declarando en la Constitución
del Reino a la Iglesia Católica como la iglesia oficial del España. De esa
manera se obligaba a todos sus habitantes a profesar la fe católica so pena de
incurrir en delito capital. El estado español asumía la responsabilidad de
pagar los sueldos de los curas.[8]
El
estado español hizo efectiva esa oficialidad de la Iglesia Católica hasta en el
ámbito del derecho penal. El Código Penal español de 1822, que aplicaba en
Puerto Rico de 1822, disponía en su Artículo 227 que
“Todo
español que conspirase directamente y de hecho para establecer otra para
establecer otra religión en las Españas o a que la (sic) Nación Española deje
de profesar la religión católica, apostólica romana, es un traidor y sufrirá la
pena de muerte.”[9]
Como
si esto no fuera poco, el mismo código disponía en su artículo 223 que aquel
“. . . .
español que apostara de la religión apostólica y romana perderá todos los
empleos, sueldos y honores que tuvieren en el reino y será considerado como no
español”[10]’[11]
El comienzo del siglo XIX encuentra
a la Iglesia Católica en Puerto Rico como iglesia oficial en España y sus
colonias, y en la cúspide de su poder en Puerto Rico.[12] No obstante, la Iglesia
comenzó un paulatino pero seguro proceso de deslizamiento y separación vis a
vis la sociedad puertorriqueña, palpable desde el fin del primer trimestre del
siglo XIX hasta su colapso total en su terrible año del ’98.
Eventualmente
se relaja el régimen político en Puerto Rico. Luego de innumerables altibajos
en la posición de la Iglesia Católica en España, este reino adopta en 1875 una
nueva Constitución que estableció la tolerancia de culto, disponiendo que “… Nadie
será molestado en territorio español por sus opiniones religiosas, o por el
ejercicio de su respectivo culto”[13]
La
simbiosis Iglesia-estado se ve más clara en el llamado “régimen de la libreta”.
El Gobernador de la colonia Juan de la Plazuela estableció en 1849 el
Reglamento de Jornaleros. Este obligaba a todo aquel que no tuviera suficiente
riqueza, tierras, ni industrias, a colocarse al servicio de otra persona. Este
régimen de trabajo forzado, o servidumbre, altamente resentido por sus
víctimas, era administrado por Juntas de Vagos y Amancebados. El dato es importante
porque que eran nada menos que los curas párrocos los cuales por ley
pertenecían a estas juntas. Estas supervisaban las libretas de los miserables
libreteros[14].
Los curas párrocos tenían tanto poder que a menudo ordenaban darle latigazos a
los libreteros que infringieran con las normas de esa institución[15]. Esto obviamente ocasiono
gran antagonismo hacia la Iglesia.
Otra
institución que a la larga le causó gran antagonismo de parte de la población
puertorriqueña, fue la esclavitud. Desde el 1815 ocurre en Puerto Rico un auge
azucarero. Este auge dominara la economía de la isla por cuarenta años[16]. Durante este periodo de auge
azucarero, la isla importaría miles de esclavos[17]’[18].La mayoría de la
población sintió al clero esclavista y a la Iglesia como sus enemigos. Esto
ocurre porque en los pueblos de mayor actividad azucarera la población estaba
mayoritariamente compuesta por esclavos, y morenos, pardos y mulatos libres[19]. Este auge traería a Puerto
Rico el odioso problema del racismo. Quizás sorprenda a muchos, que el clero y
la Iglesia participaron en las practicas esclavistas de la época, siendo dueños
de haciendas y esclavos que trabajaban en ellas. Así vemos como esta
institución causo que “la mayor parte de la población sintió al clero
esclavista y a la Iglesia como sus enemigos”[20]. La Iglesia y la mitad de
la población de los pueblos azucareros más importantes, estuvieron en una
relación de desconfianza y antagonismo[21]. Durante todo este
periodo hasta la abolición de la esclavitud por España en el 1873 las
autoridades eclesiásticas en Puerto Rico no se opusieron a la esclavitud, por el
contrario, la justificaron y la defendieron, y hasta se lucraron de ella como
hemos visto[22].
Dada
la relación simbiótica entre la Iglesia y el Estado, no debe sorprendernos que los
sermones del clero tuvieran un elemento político justificando al estado
absolutista español. Su discurso obviamente alegaba que el soberano, el Rey o Reina,
lo era por voluntad de Dios. Obviamente, además atacaban sin rémoras y con un
entusiasmo inusitado, las ideas de la Ilustración y del liberalismo europeo que
había influenciado mucho a los políticos puertorriqueños. Atacaban sin piedad
la libertad, la razón, los libros y las sociedades secretas como los Masones[23]. La relación simbiótica
no podía ser más estrecha. Un sermón citado en la obra de Portero Molina y que
reproduce Silva Gotay[24] advierte a los creyentes
con toda la autoridad eclesiástica, que “El que fuese hallado quebrantados del
juramento de fidelidad hacia su Rey, está excomulgado”[25].
Otro elemento que hay que analizar
fue el de la educación en Puerto Rico. El clero domino la educación durante el
primer tercio del Siglo XIX. Navarro García nos dice que
“Otro
medio propagandístico usado en Puerto Rico, fue la educación religiosa de los
niños, enfocada hacia una obediencia debida al Rey y a las leyes y el respeto
al Gobernados y a sus autoridades”. [#1, p. 106]
Es
difícil imaginar las razones que tuvo la Iglesia para abandonar tan fértil
instrumento de propaganda religiosa, pero el hecho es que para el 1833
aproximada, abandona su rol de educador que había venido ostentando durante los
últimos 200 años. En el 1832, comienza a cerrar escuelas[26]. De ahí en adelante la iglesia se limitará a la
instrucción de seminaristas para el clero.
Con ese propósito la Iglesia fundo el Seminario San Ildefonso, siempre
cuando sean los admitidos blancos, entre otros requerimientos religiosos[27]. Como la Iglesia católica
se desvinculo de la enseñanza, nos dice Cayetano Coll y Toste[28] fueron los ayuntamientos
y personas no necesariamente católicas, ciertamente liberales, quienes se
dieron a la tarea de fundar escuelas, y contratar maestros. La Iglesia solo
ayudo en otorgar becas de meced para
aquellos que quisieran estudiar para el sacerdocio[29]. Cifras recogidas atreves
de todo Puerto Rico alrededor de 1868 mostraron que solo 9,149 estudiantes
asistían a clases en la isla que a la sazón tendría sobre seiscientos mil
habitantes[30].
El año 1867 mostro 10,081 educandos. Se había efectuado una merma en el número
de educandos de 932 alumnos en un año[31]. Ni el gobierno colonial
ni la Iglesia católica mostraron la más mínima preocupación por esta trágica
situación educacional y nacional[32].
Para el 1898 se habían establecido
en Puerto Rico alrededor de 432 escuelas, en barrios, aldeas, poblados y
ciudades, que enseñaban materias de primera y segunda enseñanza[33]. Aquí debemos hacer una
salvedad, la inmensa mayoría de estas escuelas, consistían de un solo salón de
clases y un solo instructor o instructora. Estos llamados “salones de clase” no
eran más que simples ranchones habilitados para dar clases[34]. Para el 1898 la tasa de
analfabetismo era la astronómica cifra de 77.54% de la población[35]. La Iglesia
evidentemente, había concentrado sus esfuerzos en proteger su posición hegemónica
y validar con sanción divina al Rey y el Estado Español[36].
Ya
para la segunda mitad del siglo XIX los Masones eran muy numerosos. Como era de
esperarse, contra ellos también dirigió la Iglesia sus ataques, Los Masones
respondieron con su discurso anti-clerical, y se puede decir que durante
bastantes años existió un estado de tirantés, ataques y contra-ataques, entre
ambos[37]. A pesar de la hostilidad
continua de la Iglesia dirigida contra los Masones, estos continuaron creciendo
y reforzándose. Ya para el 1884 se estableció La Gran Logia Provincial de
Puerto Rico, aunque bajo jurisdicción extranjera[38]. Pero habría más desafíos a la autoridad de la Iglesia. En el
1874, los protestantes de Ponce, se organizaron como una comunidad y
construyeron un templo. Se colocaron bajo la autoridad eclesial del Obispo
Anglicano de la isla de Antigua[39]. El Espiritismo también
creció a pesar de los ataques de la Iglesia alegando erróneamente que equivalía
a Satanismo. Así también se estableció en Mayagüez el primer centro espiritista
llamado el Centro Renacimiento[40]. Los espiritistas
asociaron la Iglesia con el colonialismo español y la intolerancia religiosa[41]. Para continuar
consistente a su ideología-teológica la Iglesia también se opuso a la
existencia de sindicatos obreros[42]. La Iglesia continuaba
perdiendo influencia en Puerto Rico.
Pero antes de concluir con
esta parte del ensayo, veamos a groso modo la religiosidad popular. Esta
se desarrolló muy variada y muy robusta. Los clérigos siempre fueron
escasísimos y no podían atender las necesidades religiosas de sus fieles
dispersa por valles y montañas a todo lo largo y ancho de la isla. Esta lejanía
y escasos contactos entre los curas y la población puertorriqueño estimulo la
creación de patrones de religiosidad popular entre la población como, la
escultura tallada en madera de Santos[43] , Rosarios cantados, la
creación de figuras de cera o plata para la curación de enfermedades graves,
fiestas dedicadas a los santos, y a los Reyes Magos , llamadas velorios,
construir altares en las casas con un santo tallado en madera para realizar
ritos religiosos en las casas, prácticas religiosas animistas y muchas otras[44]. Nos indica la
Enciclopedia de Puerto Rico que según la antropóloga Nélida Agosto Cintrón, la Iglesia
y el catolicismo popular rural se fueron desarrollando por separado tan
temprano como el comienzo del periodo colonial. Ya para el siglo XIX
constituían ámbitos diferentes[45].
Hemos
visto su paulatino descenso desde el Monte Olimpo a principios del siglo XIX.
Ahora nos ocuparemos del desenlace final que acabo con la ruina de la Iglesia Católica
Oficial en Puerto Rico; su terrible año del ’98.
Luego
de la tregua durante la Guerra Hispanoamericana, donde sabemos Estados Unidos
invadió a Puerto Rico, y en octubre de 1898 las partes beligerantes firman el Tratado
de Paris donde España cede su soberanía sobre Puerto Rico al Congreso estadunidense.
Estados Unidos era eminentemente una nación protestante y no tenía Iglesia oficial.
La Iglesia Católica Española en su totalidad esta “shock”. ¿De dónde vendrán
sus sueldos? ¿Cómo se mantendrían? ¡Perderemos todos nuestros poderes y
privilegios! Pura histeria colectiva. El futuro se presentaba aterrador para el
clero en Puerto Rico. Inmediatamente comienzan a evacuar a Puerto Rico;
sacerdotes peninsulares, incluyendo al Obispo de San Juan, alegando que no
tendrían sustento si permanecían. Monasterios enteros abordan los pocos buques
que zarpaban para España. La isla se despuebla de sacerdotes quedando solamente
la ínfima minoría de sacerdotes, los puertorriqueños[46].
Estados
Unidos impone un gobierno militar hasta el 1900. La nueva era ha comenzado. La
Iglesia Católica española ha sufrido un colapso casi absoluto. Había perdió sus
poderes omnímodos en Puerto Rico y su condición Iglesia Oficial del estado. Ante
esta problemática, el papa León XIII nombra a Placide Louis Chapelle, a la sazón,
Arzobispo de Nueva Orleans, Delegado Apostólico[47]. Este a su vez nominara a
Joseph H. Blenk, Obispo de Puerto Rico. para Cuba y Puerto Rico. Chapelle y
Blenk descubren una Iglesia Católica en un estado desastroso. Comienzan la
reconstrucción, pero bajo su filosofía.
En
10 de enero de 1899, el Secretario Adjunto de Guerra, General Meikeljohn, cita
a un cura llamado Sherman describiendo la situación religiosa en Puerto Rico
con estas palabras
“El estado de la religión en Puerto Rico es
muy insatisfactorio. A pesar de la
existencia de templos hermosos la asistencia a los cultos es muy pobre.
Todos los habitantes, con pocas excepciones son nominalmente católicos. Con
pocas excepciones los hombres son católicos de nombre. Su catolicismo se reduce al bautismo, casamiento y el entierro. Ahora que los sacerdotes han sido privados
de ayuda gubernamental, muchos están abandonando el país y aun mas, se irán antes
que termine el invierno”[48]. [Énfasis del autor del
ensayo]
Continúa
revelando este informe que “... habían escuchado quejas de que los sacerdotes
estaban demasiado interesados en política, …”[49]’[50]. Concluye el sacerdote entrevistado diciendo “.
. . La religión en la isla está muerta. Si podrá ser resucitada como una
influencia viviente es un asunto problemático.”
Louis Ambrose Chappell, indica que “Lo
más llamativo es la indiferencia presente en todas las clases sociales. (…) La
Tradición realista hizo que el sacerdote se considerara un funcionario de la
corona. Era por lo tanto tan impopular como todos los otros funcionarios[51].
Durante el transcurso del siglo XIX
hemos visto a una Iglesia Católica deslizarse desde una posición como iglesia
oficial, monopolística, poderosa, hegemónica, a una que lo perdió todo al final
de su terrible año del ’98. A través de su recorrido histórico durante el este siglo,
dejo como escuela la ruptura de la sociedad colonial en nuestro país. Dan
evidencia fehaciente de ese proceso de ruptura: el Grito de Lares en 1868, la
organización de partidos políticos después de la revolución liberal en España
en 1868, los decretos que legalizaban las libertades, constantes demandas por
reformas y las exigencias de mayor autonomía, la organización del
protestantismo en Ponce, la aparición de múltiples Logias Masónicas y del
espiritismo de Alan Kardek, y el odioso problema del racismo.
Como
dijimos arriba, la mayoría de la población sintió al clero esclavista y a la Iglesia
como sus enemigos[52]. Hasta se generalizo
desde el pueblo una actitud de desafío a las prácticas de la Iglesia del
régimen derrotado[53].
Ahora
le tocaría el turno a la Iglesia Católica norteamericana recoger los vidrios
rotos y reconstruir el catolicismo en Puerto Rico.
Una
reflexión. Ambas iglesias católicas, la española y la norteamericana, a pesar
de que una fue la iglesia oficial y la otra no, y de que fueron y son tan
diferentes en aspectos de cultura, lenguaje, historia y etnicidad, y si,
lealtad política, sirvieron de agentes igualmente efectivos como legitimadores
del gobierno o soberano en cada una de sus etapas históricas puertorriqueña.
FUENTES Y BIBLIOGRAFIA
Fuentes Primarias:
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Rico, Registros Parroquiales, 1545-1969, https://www.familysearch.org/wiki/en/Puerto_Rico_Catholic_Church_Records.
Fuentes Secundarias:
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Cristina, La Iglesia Católica en Puerto
Rico en el Siglo XVIII, Instituto de Cultura Puertorriqueña, Sevilla, 1963.
Coll y Toste, Cayetano,
Historia de a Instrucción Pública en Puerto
Rico: Hasta el año 1898, Isabel Coll Cuchi, Bilbao, 1970
Crespo Vargas, Pablo
L., Historia del Desarrollo de la Educación en Lajas , Historia y Sociedad,
Vol. 2. Editorial Akelarre, Lajas, Puerto Rico, 2017.
Mecham, J. Lloyd, Church and State
in Latin America, University of North Carolina Press, Chapell Hill, 1934,
1966.
de Nieves, Elisa
Julián, The Catholic Church in Colonial
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Silva Gotay, Samuel, Catolicismo y Política en Puerto Rico Bajo
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Puerto Rico, San Juan, 2005.
_________________, Soldado Católico en Guerra de Religión:
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Publicaciones Gaviota, Río Piedras, 2012.
Sued Badillo, Jalil y
Lopez Cantos, Angel, Puerto Rico Negro,
Editorial Cultural Rio Piedras, 1986
Van Middeldyk, R. A., The History
of Puerto Rico, Bibliobazaar, 1903, 2006
Fuentes Secundarias Electrónicas:
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Talla de Santos, Enciclopedia de Puerto Rico, https://enciclopediapr/religiones_afrocaribeñas_en_puerto_rico/
Pico, Fernando, La Religiosidad Popular Puertorriqueña, La
Enciclopedia de Puerto Rico,
Rosario de Promesas a
la Virgen y a los Santos, Enciclopedia de Puerto Rico https://enciclopediapr.org/encyclopedia/rosario-de-promesas-a-la-virgen-y-a-los-santos/
[1] Oficialmente, la Iglesia Católica fue
fundada como institución en Puerto Rico en 1511 mediante la Bula Romanus
Pontifex emitida por el papa Julio II, con la cual se estableció la Diócesis de
Puerto Rico. La primera iglesia se construyó en el poblado de Caparra en el
1512. [#9].
[2] Oficialmente, la Iglesia Católica fue fundada como institución en
Puerto Rico en 1511 mediante la Bula Romanus Pontifex emitida por el papa Julio
II, con la cual se estableció la Diócesis de Puerto Rico. La primera iglesia se
construyó en el poblado de Caparra en el 1512. [#9].
[3] Durante
este periodo fue la Iglesia oficial por casi hasta que el Tratado de Paris
entre España y Estados Unidos, mediante el Tratado de Paris del 1898 que puso
fin a una corta guerra entre puso fin a una corta guerra mediante la cual
Puerto Rico fue cedido a este último. Como sabemos, Para ara calamidad de la
Iglesia, este nuevo soberano en Puerto Rico tenia adoptado en su Constitución
un principio que consideraban sagrado, la separación entre iglesia y estado.
Así vemos como la Iglesia Católica en Puerto Rico, de un plumazo, ceso de ser
iglesia oficial y perdió todos los beneficios, gran parte de sus riquezas, la
mayor parte del clero que era peninsular, potestades y poderes casi omnímodos
que había disfrutado en Puerto Rico durante casi cuatrocientos años.
[4] Como
Iglesia oficial la Iglesia Católica en Puerto Rico era la institución donde se
registraban, por lo menos desde el 1645, los bautismos, actas matrimoniales, y
actas de defunción. Vease, Puerto
Rico Catholic Church Records, 1645-1969,
https://familysearch.org/wiki/on/Puerto_Rico_Catholic_Church_Records
[5] Portero Molina. José A, Púlpito e Ideología
en la España del Siglo XIX, Zaragoza, Libros Pórtico, 1978, p. 25.], citado por
el Gotay, Samuel Silva en Soldado Católico en Guerra de Religión: Religión y
Política en España y Puerto Rico durante el siglo XIX. Publicaciones Gaviota,
Río Piedras, 2012, p. 102.
[6] Silva
Gotay, Samuel, Soldado Católico en Guerra
de Religión y Política en España y Puerto Rico, Durante el Siglo XIX,
Publicaciones Gaviota, Rio Piedras, 2012, p.102#1 Autor, p102
[7] Silva Gotay, Soldado
Católico…p.102.
[8] de
Nieves, Elisa Julián, The Catholic Church
in Colonial Puerto Rico, Editorial Edil, Río Piedras, 1982,, p. 13]
[9] Citado
en Silva Gotay, Soldado Católico…p. 13.
[10] Ya desde los tiempos de la conquista en
América, el papa les había otorgado a todas las órdenes religiosas el derecho
exclusivo de cobrar el diezmo y administrar todas las parroquias, fuera de la
autoridad del obispo. [#5, p. 199]
[11] Silva Gotay, Soldado Católico…p.
13.
[12] Silva
Gotay, Soldado Católico… p. 102
[13] Silva Gotay, Soldado
Católico…p. 14.
[14] Silva Gotay, Soldado
Católico… p. 48.
[15] Silva Gotay, Soldado
Católico… p. 48
[16] Silva Gotay, Samuel, Catolicismo y
Política en Puerto Rico Bajo España y Estados Unidos: Siglos XIX y XX, La
Editorial Universidad de Puerto Rico, San Juan, 2005, p. 83.
[17] Silva
Gotay, Catolicismo y Política … p.
84.
[18] Entre 1808 y 1865 se importaron 56,000
esclavos. Ya para el año 1848 la población esclava era de alrededor de 50,000
almas. El historiador Francisco Scarano estima que entre 1815 y 1845 se
importaros entre 60,000 y 80,000 hombres, mujeres y niños esclavos. El caso mas
extremo de este desbalance racial es Rio Piedras donde nuestro autor cita a
Fernando Pico reportando que la población esclava, negros libertos y mulatos
conto entre 1801 y 1867, el 74% de la población del municipio. Silva Gotay,
Catolicismo y Política … p. 84.
[19] Silva
Gotay, Catolicismo y Política … p .84.
[20] Silva Gotay, Catolicismo y Política … p .84.
[23] Silva
Gotay, Soldado Católico… p. 101-102.
[24] Silva Gotay, Soldado Católico… p.103.
[25] Silva Gotay, Soldado Católico…p.103.
[26] Crespo
Vargas, Pablo L., Historia del Desarrollo de la Educación en Lajas , Historia y
Sociedad, Vol. 2. Editorial Akelarre, Lajas, Puerto Rico, 2017, P. 29.
[27] Silva Gotay, Soldado Católico…p.107.
[28]
Coll y Toste, Cayetano, Historia de a
Instrucción Pública en Puerto Rico: Hasta el Año 1898, Isabel Coll Cuchi,
Bilbao, 1970, In Toto.
[29] Coll
y Toste, Historia de a Instrucción,…
p. 53.
[30] Silva Gotay, Soldado Católico…p.103.
[31] Coll
y Toste, Historia de a Instrucción …
pp. 107-108.
[32] Habiendo
dicho esto, es justo destacar que el 12 de octubre de 1970 el gobernador
autorizo a un Pastor Protestante John Waldemar Zacchenns a construir una
escuela protestante (anglicana) en Vieques, aunque hay que señalar que sería
para el uso de los hijos de extranjeros en aquella isla [#4, p 110]
[33] Coll
y Toste, Historia de a Instrucción …
pp. 164-196.
[34] Crespo
Vargas, Pablo L., Historia del Desarrollo de la Educación en Lajas, Historia y
Sociedad, Vol. 2. Editorial Akelarre,
Lajas, Puerto Rico, 2017, p. 37.
[35] Crespo
Vargas, Historia del Desarrollo … p.
37.
[36]
Actuaba fielmente. Hasta publicar en El
Boletín una lista de libros prohibidos, incluyendo La Divina Comedia, Los
Miserables, Madame Bovary y La Vida de Jesús, de Ernst Renán y todas las obras
de Honore de Balzac. La iglesia continuaba marchando a contrapelo de las ideas
liberales que ya eran de curso legal en el resto de la Europa Occidental. Ver, Silva
Gotay, Soldado Católico … p 115..
Además, en su celo exagerado, la Iglesia llego a declarar que era pecado mortal
que arquitectos católicos trabajaran en la construcción de templos
protestantes. Ver, Silva Gotay, Soldado
Católico … p. 115.
[37] Silva
Gotay, Soldado Católico ... p.
140-142.
[38] Credos: Breve Acercamiento Histórico,
Enciclopedia de Puerto Rico,
https://enciclopediapr.com/encyclopedia/credos_breve_acercamiento_historico.
[39] Silva Gotay, Soldado Católico …p. 142.
[40] Silva Gotay, Soldado Católico ... pp. 142-143.
[41] Religiones Afrocaribeñas en Puerto Rico,
Enciclopedia de Puerto Rico,
https://enciclopediapr/religiones_afrocaribeñas_en_puerto_rico/
[42] Silva Gotay, Soldado Católico ... pp. 123-124.
[43] Talla
de Santos, Enciclopedia de Puerto, Enciclopedia de Puerto Rico, https://enciclopedia.org/enciclopediapr/talla-de-santos/
,
[44] Rosario de Promesas a la Virgen y a los
Santos, Enciclopedia de Puerto Rico https://enciclopediapr.org/encyclopedia/rosario-de-promesas-a-la-virgen-y-a-los-santos/:
Vease además, Religiosidad Popular y Herencia Africana, Enciclopedia de Puerto
Rico,
https://enciclopediapr.org/encyclopedia/religiosidad-popular-y-herencia-africana/
[45] Rosario
de Promesas a la Virgen
https://enciclopediapr.org/encyclopedia/rosario-de-promesas-a-la-virgen-y-a-los-santos/#8]
Vease además # a Pico # 10]
[46]
Solamente una orden de Monjas de la Caridad que trabajaban en un hospital se
quedó en Puerto Rico. Al igual que los pocos curas puertorriqueños ellas
también eran boricuas, y no les preocupo de donde vendría su próxima cena. No
solicitaron traslado para España, como muy bien hubieran podido hacer, sino que
optaron por permanecer en sus puestos de trabajo demostrando, en mi opinión,
una auténtica vocación religiosa y un entrañable amor por sus compatriotas.
Para ellos, la crisis no pudo, y de alguna manera se las arreglaron para
subsistir sin el subsidio del estado español. Así hubieran podido hacer la
mayoría del clero y todas las órdenes religiosas varoniles, pero la humillación
de verse destronados como miembros de la Iglesia oficial del reino, y la humillación
y desprestigio personal que deben haber sentido al perder sus posiciones de
poder y autoridad, y su nacionalismo y amor por el dinero fácil, pudieron más
que sus dudosas vocaciones religiosas. Asumieron una actitud histérica y de
sálvese quien pueda que no podía dejar una buena impresión entre los boricuas.
[47] Silva Gotay, Catolicismo y Política …p. 73.
[48] [Rev. Thomas Sherman, “Report on
Conditions in Puerto Rico” Dec. 30, 1898, NAUS. BIA, RG, 350, 124. Ass. Sec. Of
War Meikeljohn, “Report of Father Sherman, (Edited account made public by the
Ass. Sec of War, Jan. 10, 1999) NAUS, BIA, RG 350, 124, pp.3-4. Citados en #2,
p. 74]
[49] [Rev. Thomas Sherman, “Report on
Conditions in Puerto Rico” Dec. 30, 1898, NAUS. BIA, RG, 350, 124. Ass. Sec. Of
War Meikeljohn, “Report of Father Sherman, (Edited account made public by the
Ass. Sec of War, Jan. 10, 1999) NAUS, BIA, RG 350, 124, pp.3-4. Citados en #2,
p. 74]
[50] [Rev. Thomas Sherman, “Report on
Conditions in Puerto Rico” Dec. 30, 1898, NAUS. BIA, RG, 350, 124. Ass. Sec. Of
War Meikeljohn, “Report of Father Sherman, (Edited account made public by the
Ass. Sec of War, Jan. 10, 1999) NAUS, BIA, RG 350, 124, pp.3-4. Citados en #2,
p. 74]
[51] [Arzobispo
Louis Ambrose Chappell, Delegado Apostólico de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
SSV, Ae, SSS, 846, V. 49, citado en #2, p 76]
[52] Silva
Gotay, Catolicismo y Política … p.
293.
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