Enrique Pagán, 787-960-7825, de la Coordinadora para
la Lucha Anti Colonial me facilitó este escrito. Pienso que este escrito es muy
importante para los que amamos la verdad. Su título es, EL FUNDAMENTO NACIONAL.
Ante la discusión sobre la petición de la estadidad
para Puerto Rico, a continuación planteamos lo siguiente:
Estados Unidos (EU) no son una nación. Se compone de
varias nacionalidades. En general, EU es una prisión de naciones, dirigida por
una elite burguesa capitalista, en su mayoría, de la raza caucásica. La raza
blanca en EU compone un 60% de la población, pero no todos los blancos son de
descendencia anglosajona. Reconociendo que no todos manifiestan una tendencia
racista, pero si son el núcleo de los que dominan EU.
El racismo en EU no es solo de los blancos. También se
manifiesta en la población afroamericana y entre los latinos. Sin embargo, los
asiáticos, japoneses y los musulmanes no tienden a manifestar racismo, a pesar
de ser sectores muy discriminados, explotados y marginados. Los chinos siempre
han sido explotados. Y ahora con los nuevos prejuicios sembrados por Trump
contra ellos, se ha fomentado la xenofobia, el odio y los asesinatos en contra
los chinos.
Los italianos, españoles y otros emigrantes blancos de
naciones europeas tienden con más facilidad a adaptarse a los caprichos de los
blancos anglosajones estadounidense en el poder. La avaricia y el miedo a la represión
siempre es un elemento en la integración entre estos sectores. Para ellos, es
mejor aliarse con los explotadores que con los explotados. La clave principal
para ellos es la colaboración con el Estado.
El desarrollo de la clase obrera está condicionado, en
general, por el fortalecimiento de la burguesía capitalista. Vemos entonces a
EU como la existencia a escala de un territorio dominado por la burguesía
capitalista.
Entonces, vemos a los blancos pobres, negros pobres,
latinos pobres, musulmanes, chinos, y de otras razas y nacionalidades que han
emigrado como la mano de obra de los capitalistas. Y claro está, los
capitalistas explotadores cuentan con su quinta columna. Esa es la clase
burocrática, la cual, independientemente de su ideología política, son
funcionarios del Estado y terminan respondiendo a los mandatos de la clase
dominante y a la política del Estado.
“Ninguna sociedad es inmortal”, como dijo Rousseau en,
¿Quiénes Somos?, pagina 34. “Si Esparta y Roma han perecido, ¿Qué estado puede
tener la esperanza de durar para siempre? Hasta las sociedades más poderosas se
ven, en algún momento, amenazada por la desintegración interna y la decadencia,
así como por fuerzas bárbaras más pujantes e implacables. Al final, EU sufrirá
la suerte de Esparta, Roma y otras comunidades humanas.” En esas palabras se
resume la situación actual de EU, una sociedad en decadencia.
Los puertorriqueños componemos parte de esa clase
explotada en EU, pero si grande es la explotación allá, más lo somos en nuestra
patria. Convertir a Puerto Rico en un estado de esa llamada “Unión” seria
echarle fuego a todos los síntomas de decadencia que se observa en la sociedad
estadounidense. Sin embargo, también significaría un golpe a nuestra
nacionalidad.
En Puerto Rico, tanto los asimilistas como los
colonialistas, unidos ambos por su oposición a la independencia, se combinan
para colaborar y reprimir el derecho inalienable a la autodeterminación e
independencia de Puerto Rico. Pero no nos equivoquemos, porque todos los
partidos electorales forman parte de la colaboración con el sistema colonial
estadounidense.
En el 1952, se le dio a Puerto Rico una apariencia de
gobierno propio, y se le permitió redactar una supuesta “constitución”. En el
2014, EU nos impuso la ley PROMESA, la cual nos coloca bajo la tutela de una
“Junta de Control Fiscal (JCF)”. Eso ha convertido en ficción el aparente poder
de los políticos colonizados de patio.
Nuestra constitución colonial quedó arrinconada el día
que nos impusieron la ley imperialista PROMESA. La JCF es un poder
independiente y superior a la de la sociedad parlamentaria. A los legitimistas
coloniales les fue arrebatado el derecho a escoger la forma de ser serviles. Ahora,
se les impone y se les dicta la forma de sus “servicios”.
La deuda con los bonistas creada por los serviles
ahora la tiene que pagar la nación puertorriqueña. No somos defensores de la
constitución colonial. ¡Somos defensores de nuestro derecho a nuestra
independencia!
Los puertorriqueños somos una nación Afro Latina
Antillana. De ser convertido en un estado federado, lo cual dudamos que pase,
pasaríamos a formar parte de esa prisión de naciones que le da contenido al
imperialista Yanqui.
Como nación que somos, solo nos resta ejercer el
derecho a arrebatar, por medio de la fuerza, nuestra independencia. Con nuestra
soberanía, la clase trabajadora boricua escogerá una nueva forma de gobernanza.
¡La independencia jamás se logrará en las urnas!
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