por Daniel Nina
Miércoles, 20 de diciembre de 2017
Lo que uno no puede entender, es que luego de la postura consistente por parte de la administración demócrata bajo el pasado presidente Barack Obama, y de la actual bajo la administración republicana de Donald Trump, por qué nadie manifiesta la independencia de Puerto Rico. A partir del verano del 2016, y lo resuelto en el caso de Pueblo vv. Sánchez Valle, a nadie dentro de la administración federal le cabe la más mínima duda de hablar de los ciudadanos americanos de Puerto Rico.
Sólo al gobernador de turno, Ricardo Rosselló del Partido Nuevo Progresista (PNP) y a uno que otro político o activista trasnochado, le queda aún tiempo para decir que nos maltratan porque somos ciudadanos americanos de segunda clase. Pero luego de la más reciente jornada de cabildeos fallidos en el Congreso, el gobernador como su equipo de trabajo debe reconocer que el proyecto de la estadidad que ellos apoyan está casi muerto.
Dicho lo anterior, lo que el Congreso federal, así como la Oficina del Presidente federal, como las decisiones del Tribunal Supremo del verano del 2016, la cual incluye al caso de Franlkin v. Puerto Rico, no le cabe la más mínima duda de que los boricuas son ciudadanos territoriales, y como tal pueden ser tratados. Esto no es novel. Esto es consistente con la Ley Foraker de 1900 y los casos insulares de 1901 a 1922.
Entonces, reconocimiento lo que somos, porque no intentar algo distinto. ¿Por qué no declarar la independencia de Puerto Rico este 1 de enero de 2018? ¿Por qué no aspirar a la independencia, aunque sea un gesto de libertad de expresión, y declararnos libres al comienzo del nuevo año?
Este primero de enero de 2018 declara la independencia de Puerto Rico. Celebra tu libertad. Has algo diferente. Pensemos.
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