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lunes, 12 de febrero de 2018

LA IGLESIA CATOLICA EN PUERTO RICO


por Armando Rivera Carretero


Este ensayo recoge los acontecimientos que durante el siglo XIX y hasta1898, afectaron Iglesia Católica española en Puerto Rico. Durante este periodo fue la Iglesia Oficial del Reino Español[1]. Analizaremos críticamente el proceso durante el siglo XIX de como de una Iglesia en una posición majestuosa, poderosa, influyente, con medias económicos holgados al principio de del siglo XIX, termino en 1898 culmino en quiebra eclesial, económica, institucional, magisterial, oficial y social.

A manera de trasfondo histórico es conveniente señalar que las alianzas entre las instituciones religiones y los soberanos, explicitas o implícitas, han sido registrados en numerosísimas ocasiones atreves de miles de años de historia. El caso de la Iglesia Católica en Puerto Rico desde el 1511[2] hasta el 1898, esta insertado en este paradigma histórico. Durante el periodo mencionado, la Iglesia Católica estuvo en una fuerte alianza, con el Monarca español. Estuvieron en una relación de mutuo beneficio y defensa, donde la Iglesia le otorgaba la más alta legitimidad posible al Monarca español[3] en términos teológicos, aseverando como un dogma de fe que ambos ostentaban sus posiciones por orden y deleite de Dios[4].

Un área donde la Iglesia utilizo su prestigio incesantemente fue en sus sermones y las Apologías. Nos indica José A Portero Molina[5] que “Los supuestos y fundamentales en todos los sermones y apologías del clero español de la época estudiados por Portero, serán los mismos en Puerto Rico y Cuba”.[6] Resumidos estos incluían los siguientes temas: Primero, que la estructura social española es inmutable y fue creada por Dios. Intentar cambiarlas no solo resultaría en insurrección sino también rebelo contra Dios. Segundo, que el Rey es el vicario de Dios en la tierra. Tercero, los enemigos del Rey son también enemigos de Dios. Y, por último, la libertad va en contra del régimen social ordenado por Dios, por lo tanto, La Libertad es un pecado de rebeldía contra Dios[7].

El Monarca y Estado Español a su vez, reciprocaban declarando en la Constitución del Reino a la Iglesia Católica como la iglesia oficial del España. De esa manera se obligaba a todos sus habitantes a profesar la fe católica so pena de incurrir en delito capital. El estado español asumía la responsabilidad de pagar los sueldos de los curas.[8]

El estado español hizo efectiva esa oficialidad de la Iglesia Católica hasta en el ámbito del derecho penal. El Código Penal español de 1822, que aplicaba en Puerto Rico de 1822, disponía en su Artículo 227 que
“Todo español que conspirase directamente y de hecho para establecer otra para establecer otra religión en las Españas o a que la (sic) Nación Española deje de profesar la religión católica, apostólica romana, es un traidor y sufrirá la pena de muerte.”[9]
Como si esto no fuera poco, el mismo código disponía en su artículo 223 que aquel
“. . . . español que apostara de la religión apostólica y romana perderá todos los empleos, sueldos y honores que tuvieren en el reino y será considerado como no español”[10][11]

            El comienzo del siglo XIX encuentra a la Iglesia Católica en Puerto Rico como iglesia oficial en España y sus colonias, y en la cúspide de su poder en Puerto Rico.[12] No obstante, la Iglesia comenzó un paulatino pero seguro proceso de deslizamiento y separación vis a vis la sociedad puertorriqueña, palpable desde el fin del primer trimestre del siglo XIX hasta su colapso total en su terrible año del ’98.

Eventualmente se relaja el régimen político en Puerto Rico. Luego de innumerables altibajos en la posición de la Iglesia Católica en España, este reino adopta en 1875 una nueva Constitución que estableció la tolerancia de culto, disponiendo que “… Nadie será molestado en territorio español por sus opiniones religiosas, o por el ejercicio de su respectivo culto”[13] 

            La simbiosis Iglesia-estado se ve más clara en el llamado “régimen de la libreta”. El Gobernador de la colonia Juan de la Plazuela estableció en 1849 el Reglamento de Jornaleros. Este obligaba a todo aquel que no tuviera suficiente riqueza, tierras, ni industrias, a colocarse al servicio de otra persona. Este régimen de trabajo forzado, o servidumbre, altamente resentido por sus víctimas, era administrado por Juntas de Vagos y Amancebados. El dato es importante porque que eran nada menos que los curas párrocos los cuales por ley pertenecían a estas juntas. Estas supervisaban las libretas de los miserables libreteros[14]. Los curas párrocos tenían tanto poder que a menudo ordenaban darle latigazos a los libreteros que infringieran con las normas de esa institución[15]. Esto obviamente ocasiono gran antagonismo hacia la Iglesia.

Otra institución que a la larga le causó gran antagonismo de parte de la población puertorriqueña, fue la esclavitud. Desde el 1815 ocurre en Puerto Rico un auge azucarero. Este auge dominara la economía de la isla por cuarenta años[16]. Durante este periodo de auge azucarero, la isla importaría miles de esclavos[17][18].La mayoría de la población sintió al clero esclavista y a la Iglesia como sus enemigos. Esto ocurre porque en los pueblos de mayor actividad azucarera la población estaba mayoritariamente compuesta por esclavos, y morenos, pardos y mulatos libres[19]. Este auge traería a Puerto Rico el odioso problema del racismo. Quizás sorprenda a muchos, que el clero y la Iglesia participaron en las practicas esclavistas de la época, siendo dueños de haciendas y esclavos que trabajaban en ellas. Así vemos como esta institución causo que “la mayor parte de la población sintió al clero esclavista y a la Iglesia como sus enemigos”[20]. La Iglesia y la mitad de la población de los pueblos azucareros más importantes, estuvieron en una relación de desconfianza y antagonismo[21]. Durante todo este periodo hasta la abolición de la esclavitud por España en el 1873 las autoridades eclesiásticas en Puerto Rico no se opusieron a la esclavitud, por el contrario, la justificaron y la defendieron, y hasta se lucraron de ella como hemos visto[22].

            Dada la relación simbiótica entre la Iglesia y el Estado, no debe sorprendernos que los sermones del clero tuvieran un elemento político justificando al estado absolutista español. Su discurso obviamente alegaba que el soberano, el Rey o Reina, lo era por voluntad de Dios. Obviamente, además atacaban sin rémoras y con un entusiasmo inusitado, las ideas de la Ilustración y del liberalismo europeo que había influenciado mucho a los políticos puertorriqueños. Atacaban sin piedad la libertad, la razón, los libros y las sociedades secretas como los Masones[23]. La relación simbiótica no podía ser más estrecha. Un sermón citado en la obra de Portero Molina y que reproduce Silva Gotay[24] advierte a los creyentes con toda la autoridad eclesiástica, que “El que fuese hallado quebrantados del juramento de fidelidad hacia su Rey, está excomulgado”[25].

            Otro elemento que hay que analizar fue el de la educación en Puerto Rico. El clero domino la educación durante el primer tercio del Siglo XIX. Navarro García nos dice que
“Otro medio propagandístico usado en Puerto Rico, fue la educación religiosa de los niños, enfocada hacia una obediencia debida al Rey y a las leyes y el respeto al Gobernados y a sus autoridades”. [#1, p. 106]

Es difícil imaginar las razones que tuvo la Iglesia para abandonar tan fértil instrumento de propaganda religiosa, pero el hecho es que para el 1833 aproximada, abandona su rol de educador que había venido ostentando durante los últimos 200 años. En el 1832, comienza a cerrar escuelas[26].  De ahí en adelante la iglesia se limitará a la instrucción de seminaristas para el clero.  Con ese propósito la Iglesia fundo el Seminario San Ildefonso, siempre cuando sean los admitidos blancos, entre otros requerimientos religiosos[27]. Como la Iglesia católica se desvinculo de la enseñanza, nos dice Cayetano Coll y Toste[28] fueron los ayuntamientos y personas no necesariamente católicas, ciertamente liberales, quienes se dieron a la tarea de fundar escuelas, y contratar maestros. La Iglesia solo ayudo en otorgar becas de meced para aquellos que quisieran estudiar para el sacerdocio[29]. Cifras recogidas atreves de todo Puerto Rico alrededor de 1868 mostraron que solo 9,149 estudiantes asistían a clases en la isla que a la sazón tendría sobre seiscientos mil habitantes[30]. El año 1867 mostro 10,081 educandos. Se había efectuado una merma en el número de educandos de 932 alumnos en un año[31]. Ni el gobierno colonial ni la Iglesia católica mostraron la más mínima preocupación por esta trágica situación educacional y nacional[32].

            Para el 1898 se habían establecido en Puerto Rico alrededor de 432 escuelas, en barrios, aldeas, poblados y ciudades, que enseñaban materias de primera y segunda enseñanza[33]. Aquí debemos hacer una salvedad, la inmensa mayoría de estas escuelas, consistían de un solo salón de clases y un solo instructor o instructora. Estos llamados “salones de clase” no eran más que simples ranchones habilitados para dar clases[34]. Para el 1898 la tasa de analfabetismo era la astronómica cifra de 77.54% de la población[35]. La Iglesia evidentemente, había concentrado sus esfuerzos en proteger su posición hegemónica y validar con sanción divina al Rey y el Estado Español[36].

Ya para la segunda mitad del siglo XIX los Masones eran muy numerosos. Como era de esperarse, contra ellos también dirigió la Iglesia sus ataques, Los Masones respondieron con su discurso anti-clerical, y se puede decir que durante bastantes años existió un estado de tirantés, ataques y contra-ataques, entre ambos[37]. A pesar de la hostilidad continua de la Iglesia dirigida contra los Masones, estos continuaron creciendo y reforzándose. Ya para el 1884 se estableció La Gran Logia Provincial de Puerto Rico, aunque bajo jurisdicción extranjera[38].       Pero habría más desafíos a la autoridad de la Iglesia. En el 1874, los protestantes de Ponce, se organizaron como una comunidad y construyeron un templo. Se colocaron bajo la autoridad eclesial del Obispo Anglicano de la isla de Antigua[39]. El Espiritismo también creció a pesar de los ataques de la Iglesia alegando erróneamente que equivalía a Satanismo. Así también se estableció en Mayagüez el primer centro espiritista llamado el Centro Renacimiento[40]. Los espiritistas asociaron la Iglesia con el colonialismo español y la intolerancia religiosa[41]. Para continuar consistente a su ideología-teológica la Iglesia también se opuso a la existencia de sindicatos obreros[42]. La Iglesia continuaba perdiendo influencia en Puerto Rico.

                Pero antes de concluir con esta parte del ensayo, veamos a groso modo la religiosidad popular. Esta se desarrolló muy variada y muy robusta. Los clérigos siempre fueron escasísimos y no podían atender las necesidades religiosas de sus fieles dispersa por valles y montañas a todo lo largo y ancho de la isla. Esta lejanía y escasos contactos entre los curas y la población puertorriqueño estimulo la creación de patrones de religiosidad popular entre la población como, la escultura tallada en madera de Santos[43] , Rosarios cantados, la creación de figuras de cera o plata para la curación de enfermedades graves, fiestas dedicadas a los santos, y a los Reyes Magos , llamadas velorios, construir altares en las casas con un santo tallado en madera para realizar ritos religiosos en las casas, prácticas religiosas animistas y muchas otras[44]. Nos indica la Enciclopedia de Puerto Rico que según la antropóloga Nélida Agosto Cintrón, la Iglesia y el catolicismo popular rural se fueron desarrollando por separado tan temprano como el comienzo del periodo colonial. Ya para el siglo XIX constituían ámbitos diferentes[45].

Hemos visto su paulatino descenso desde el Monte Olimpo a principios del siglo XIX. Ahora nos ocuparemos del desenlace final que acabo con la ruina de la Iglesia Católica Oficial en Puerto Rico; su terrible año del ’98.

Luego de la tregua durante la Guerra Hispanoamericana, donde sabemos Estados Unidos invadió a Puerto Rico, y en octubre de 1898 las partes beligerantes firman el Tratado de Paris donde España cede su soberanía sobre Puerto Rico al Congreso estadunidense. Estados Unidos era eminentemente una nación protestante y no tenía Iglesia oficial. La Iglesia Católica Española en su totalidad esta “shock”. ¿De dónde vendrán sus sueldos? ¿Cómo se mantendrían? ¡Perderemos todos nuestros poderes y privilegios! Pura histeria colectiva. El futuro se presentaba aterrador para el clero en Puerto Rico. Inmediatamente comienzan a evacuar a Puerto Rico; sacerdotes peninsulares, incluyendo al Obispo de San Juan, alegando que no tendrían sustento si permanecían. Monasterios enteros abordan los pocos buques que zarpaban para España. La isla se despuebla de sacerdotes quedando solamente la ínfima minoría de sacerdotes, los puertorriqueños[46].

Estados Unidos impone un gobierno militar hasta el 1900. La nueva era ha comenzado. La Iglesia Católica española ha sufrido un colapso casi absoluto. Había perdió sus poderes omnímodos en Puerto Rico y su condición Iglesia Oficial del estado. Ante esta problemática, el papa León XIII nombra a Placide Louis Chapelle, a la sazón, Arzobispo de Nueva Orleans, Delegado Apostólico[47]. Este a su vez nominara a Joseph H. Blenk, Obispo de Puerto Rico. para Cuba y Puerto Rico. Chapelle y Blenk descubren una Iglesia Católica en un estado desastroso. Comienzan la reconstrucción, pero bajo su filosofía.
En 10 de enero de 1899, el Secretario Adjunto de Guerra, General Meikeljohn, cita a un cura llamado Sherman describiendo la situación religiosa en Puerto Rico con estas palabras
El estado de la religión en Puerto Rico es muy insatisfactorio. A pesar de la existencia de templos hermosos la asistencia a los cultos es muy pobre. Todos los habitantes, con pocas excepciones son nominalmente católicos. Con pocas excepciones los hombres son católicos de nombre. Su catolicismo se reduce al bautismo, casamiento y el entierro. Ahora que los sacerdotes han sido privados de ayuda gubernamental, muchos están abandonando el país y aun mas, se irán antes que termine el invierno[48]. [Énfasis del autor del ensayo] 
Continúa revelando este informe que “... habían escuchado quejas de que los sacerdotes estaban demasiado interesados en política, …”[49][50].  Concluye el sacerdote entrevistado diciendo “. . . La religión en la isla está muerta. Si podrá ser resucitada como una influencia viviente es un asunto problemático.”

            Louis Ambrose Chappell, indica que “Lo más llamativo es la indiferencia presente en todas las clases sociales. (…) La Tradición realista hizo que el sacerdote se considerara un funcionario de la corona. Era por lo tanto tan impopular como todos los otros funcionarios[51].

            Durante el transcurso del siglo XIX hemos visto a una Iglesia Católica deslizarse desde una posición como iglesia oficial, monopolística, poderosa, hegemónica, a una que lo perdió todo al final de su terrible año del ’98. A través de su recorrido histórico durante el este siglo, dejo como escuela la ruptura de la sociedad colonial en nuestro país. Dan evidencia fehaciente de ese proceso de ruptura: el Grito de Lares en 1868, la organización de partidos políticos después de la revolución liberal en España en 1868, los decretos que legalizaban las libertades, constantes demandas por reformas y las exigencias de mayor autonomía, la organización del protestantismo en Ponce, la aparición de múltiples Logias Masónicas y del espiritismo de Alan Kardek, y el odioso problema del racismo.

Como dijimos arriba, la mayoría de la población sintió al clero esclavista y a la Iglesia como sus enemigos[52]. Hasta se generalizo desde el pueblo una actitud de desafío a las prácticas de la Iglesia del régimen derrotado[53].

Ahora le tocaría el turno a la Iglesia Católica norteamericana recoger los vidrios rotos y reconstruir el catolicismo en Puerto Rico.

Una reflexión. Ambas iglesias católicas, la española y la norteamericana, a pesar de que una fue la iglesia oficial y la otra no, y de que fueron y son tan diferentes en aspectos de cultura, lenguaje, historia y etnicidad, y si, lealtad política, sirvieron de agentes igualmente efectivos como legitimadores del gobierno o soberano en cada una de sus etapas históricas puertorriqueña.  
           
FUENTES Y BIBLIOGRAFIA
Fuentes Primarias:
Puerto Rico Catholic Church Records, 1645-1969, Puerto Rico, Registros Parroquiales, 1545-1969, https://www.familysearch.org/wiki/en/Puerto_Rico_Catholic_Church_Records.

Fuentes Secundarias:
Campos Lacasta, Cristina, La Iglesia Católica en Puerto Rico en el Siglo XVIII, Instituto de Cultura Puertorriqueña, Sevilla, 1963.
Coll y Toste, Cayetano, Historia de a Instrucción Pública en Puerto Rico: Hasta el año 1898, Isabel Coll Cuchi, Bilbao, 1970
Crespo Vargas, Pablo L., Historia del Desarrollo de la Educación en Lajas , Historia y Sociedad, Vol. 2. Editorial Akelarre, Lajas, Puerto Rico, 2017.
Mecham, J. Lloyd, Church and State in Latin America, University of North Carolina Press, Chapell Hill, 1934, 1966.
de Nieves, Elisa Julián, The Catholic Church in Colonial Puerto Rico, Editorial Edil, Río Piedras, 1982.
Silva Gotay, Samuel, Catolicismo y Política en Puerto Rico Bajo España y Estados Unidos: Siglos XIX y XX, La Editorial Universidad de Puerto Rico, San Juan, 2005.
_________________, Soldado Católico en Guerra de Religión: Religión y Política en España y Puerto Rico Durante el Siglo XIX. Publicaciones Gaviota, Río Piedras, 2012.
Sued Badillo, Jalil y Lopez Cantos, Angel, Puerto Rico Negro, Editorial Cultural Rio Piedras, 1986
Van Middeldyk, R. A., The History of Puerto Rico, Bibliobazaar, 1903, 2006

Fuentes Secundarias Electrónicas:
Moore, Donald T., Los Evangélicos en Puerto Rico desde el Siglo XIX, , https://prolades.com/cra/region/caribe/pri/moore_historia_prico.pdf
Talla de Santos, Enciclopedia de Puerto Rico, https://enciclopedia.org/enciclopediapr/talla-de-santos/
Religiosidad Popular y Herencia Africana, Enciclopedia de Puerto Rico, https://enciclopediapr.org/encyclopedia/religiosidad-popular-y-herencia -africana/
Talla de Santos, Enciclopedia de Puerto Rico, https://enciclopediapr/religiones_afrocaribeñas_en_puerto_rico/

Pico, Fernando, La Religiosidad Popular Puertorriqueña, La Enciclopedia de Puerto Rico,
Rosario de Promesas a la Virgen y a los Santos, Enciclopedia de Puerto Rico https://enciclopediapr.org/encyclopedia/rosario-de-promesas-a-la-virgen-y-a-los-santos/



[1]    Oficialmente, la Iglesia Católica fue fundada como institución en Puerto Rico en 1511 mediante la Bula Romanus Pontifex emitida por el papa Julio II, con la cual se estableció la Diócesis de Puerto Rico. La primera iglesia se construyó en el poblado de Caparra en el 1512. [#9]. 

[2]    Oficialmente, la Iglesia Católica fue fundada como institución en Puerto Rico en 1511 mediante la Bula Romanus Pontifex emitida por el papa Julio II, con la cual se estableció la Diócesis de Puerto Rico. La primera iglesia se construyó en el poblado de Caparra en el 1512. [#9]. 

[3] Durante este periodo fue la Iglesia oficial por casi hasta que el Tratado de Paris entre España y Estados Unidos, mediante el Tratado de Paris del 1898 que puso fin a una corta guerra entre puso fin a una corta guerra mediante la cual Puerto Rico fue cedido a este último. Como sabemos, Para ara calamidad de la Iglesia, este nuevo soberano en Puerto Rico tenia adoptado en su Constitución un principio que consideraban sagrado, la separación entre iglesia y estado. Así vemos como la Iglesia Católica en Puerto Rico, de un plumazo, ceso de ser iglesia oficial y perdió todos los beneficios, gran parte de sus riquezas, la mayor parte del clero que era peninsular, potestades y poderes casi omnímodos que había disfrutado en Puerto Rico durante casi cuatrocientos años.

[4] Como Iglesia oficial la Iglesia Católica en Puerto Rico era la institución donde se registraban, por lo menos desde el 1645, los bautismos, actas matrimoniales, y actas de defunción. Vease, Puerto Rico Catholic Church Records, 1645-1969, https://familysearch.org/wiki/on/Puerto_Rico_Catholic_Church_Records
[5]  Portero Molina. José A, Púlpito e Ideología en la España del Siglo XIX, Zaragoza, Libros Pórtico, 1978, p. 25.], citado por el Gotay, Samuel Silva en Soldado Católico en Guerra de Religión: Religión y Política en España y Puerto Rico durante el siglo XIX. Publicaciones Gaviota, Río Piedras, 2012, p. 102.

[6] Silva Gotay, Samuel, Soldado Católico en Guerra de Religión y Política en España y Puerto Rico, Durante el Siglo XIX, Publicaciones Gaviota, Rio Piedras, 2012, p.102#1 Autor, p102

[7] Silva Gotay,  Soldado Católico…p.102.

[8] de Nieves, Elisa Julián, The Catholic Church in Colonial Puerto Rico, Editorial Edil, Río Piedras, 1982,, p. 13]

[9] Citado en Silva Gotay, Soldado Católico…p. 13.

[10]  Ya desde los tiempos de la conquista en América, el papa les había otorgado a todas las órdenes religiosas el derecho exclusivo de cobrar el diezmo y administrar todas las parroquias, fuera de la autoridad del obispo. [#5, p. 199]

[11] Silva Gotay, Soldado Católico…p. 13.

[12] Silva Gotay, Soldado Católico… p. 102

[13] Silva Gotay, Soldado Católico…p. 14.

[14] Silva Gotay, Soldado Católico… p. 48.

[15] Silva Gotay, Soldado Católico… p. 48

[16]  Silva Gotay, Samuel, Catolicismo y Política en Puerto Rico Bajo España y Estados Unidos: Siglos XIX y XX, La Editorial Universidad de Puerto Rico, San Juan, 2005, p. 83.
[17] Silva Gotay, Catolicismo y Política … p. 84.

[18]  Entre 1808 y 1865 se importaron 56,000 esclavos. Ya para el año 1848 la población esclava era de alrededor de 50,000 almas. El historiador Francisco Scarano estima que entre 1815 y 1845 se importaros entre 60,000 y 80,000 hombres, mujeres y niños esclavos. El caso mas extremo de este desbalance racial es Rio Piedras donde nuestro autor cita a Fernando Pico reportando que la población esclava, negros libertos y mulatos conto entre 1801 y 1867, el 74% de la población del municipio. Silva Gotay, Catolicismo y Política … p. 84.

[19] Silva Gotay, Catolicismo y Política … p .84.

[20] Silva Gotay, Catolicismo y Política … p .84.
[21] Silva Gotay, Catolicismo y Política … p .85.
[22] Silva Gotay, Catolicismo y Política … p. 91.

[23] Silva Gotay, Soldado Católico… p. 101-102.

[24] Silva Gotay, Soldado Católico… p.103.

[25] Silva Gotay, Soldado Católico…p.103.

[26] Crespo Vargas, Pablo L., Historia del Desarrollo de la Educación en Lajas , Historia y Sociedad, Vol. 2. Editorial Akelarre, Lajas, Puerto Rico, 2017, P. 29.

[27] Silva Gotay, Soldado Católico…p.107.

[28] Coll y Toste, Cayetano, Historia de a Instrucción Pública en Puerto Rico: Hasta el Año 1898, Isabel Coll Cuchi, Bilbao, 1970, In Toto.

[29] Coll y Toste, Historia de a Instrucción,… p. 53.

[30] Silva Gotay, Soldado Católico…p.103.

[31] Coll y Toste, Historia de a Instrucción … pp. 107-108.

[32] Habiendo dicho esto, es justo destacar que el 12 de octubre de 1970 el gobernador autorizo a un Pastor Protestante John Waldemar Zacchenns a construir una escuela protestante (anglicana) en Vieques, aunque hay que señalar que sería para el uso de los hijos de extranjeros en aquella isla [#4, p 110]

[33] Coll y Toste, Historia de a Instrucción … pp. 164-196.

[34] Crespo Vargas, Pablo L., Historia del Desarrollo de la Educación en Lajas, Historia y Sociedad, Vol. 2. Editorial        Akelarre, Lajas, Puerto Rico, 2017, p. 37.

[35] Crespo Vargas, Historia del Desarrollo … p. 37.

[36] Actuaba fielmente. Hasta publicar en El Boletín una lista de libros prohibidos, incluyendo La Divina Comedia, Los Miserables, Madame Bovary y La Vida de Jesús, de Ernst Renán y todas las obras de Honore de Balzac. La iglesia continuaba marchando a contrapelo de las ideas liberales que ya eran de curso legal en el resto de la Europa Occidental. Ver, Silva Gotay, Soldado Católico … p 115.. Además, en su celo exagerado, la Iglesia llego a declarar que era pecado mortal que arquitectos católicos trabajaran en la construcción de templos protestantes. Ver, Silva Gotay, Soldado Católico … p. 115.

[37] Silva Gotay, Soldado Católico ... p. 140-142.

[38] Credos: Breve Acercamiento Histórico, Enciclopedia de Puerto Rico, https://enciclopediapr.com/encyclopedia/credos_breve_acercamiento_historico.

[39] Silva Gotay, Soldado Católico …p. 142.

[40] Silva Gotay, Soldado Católico ... pp. 142-143.

[41] Religiones Afrocaribeñas en Puerto Rico, Enciclopedia de Puerto Rico, https://enciclopediapr/religiones_afrocaribeñas_en_puerto_rico/

[42] Silva Gotay, Soldado Católico ... pp. 123-124.

[43] Talla de Santos, Enciclopedia de Puerto, Enciclopedia de Puerto Rico, https://enciclopedia.org/enciclopediapr/talla-de-santos/
,
[44] Rosario de Promesas a la Virgen y a los Santos, Enciclopedia de Puerto Rico https://enciclopediapr.org/encyclopedia/rosario-de-promesas-a-la-virgen-y-a-los-santos/: Vease además, Religiosidad Popular y Herencia Africana, Enciclopedia de Puerto Rico, https://enciclopediapr.org/encyclopedia/religiosidad-popular-y-herencia-africana/

[45]   Rosario de Promesas a la Virgen https://enciclopediapr.org/encyclopedia/rosario-de-promesas-a-la-virgen-y-a-los-santos/#8] Vease además # a Pico # 10]

[46] Solamente una orden de Monjas de la Caridad que trabajaban en un hospital se quedó en Puerto Rico. Al igual que los pocos curas puertorriqueños ellas también eran boricuas, y no les preocupo de donde vendría su próxima cena. No solicitaron traslado para España, como muy bien hubieran podido hacer, sino que optaron por permanecer en sus puestos de trabajo demostrando, en mi opinión, una auténtica vocación religiosa y un entrañable amor por sus compatriotas. Para ellos, la crisis no pudo, y de alguna manera se las arreglaron para subsistir sin el subsidio del estado español. Así hubieran podido hacer la mayoría del clero y todas las órdenes religiosas varoniles, pero la humillación de verse destronados como miembros de la Iglesia oficial del reino, y la humillación y desprestigio personal que deben haber sentido al perder sus posiciones de poder y autoridad, y su nacionalismo y amor por el dinero fácil, pudieron más que sus dudosas vocaciones religiosas. Asumieron una actitud histérica y de sálvese quien pueda que no podía dejar una buena impresión entre los boricuas.

[47] Silva Gotay, Catolicismo y Política …p. 73.

[48] [Rev. Thomas Sherman, “Report on Conditions in Puerto Rico” Dec. 30, 1898, NAUS. BIA, RG, 350, 124. Ass. Sec. Of War Meikeljohn, “Report of Father Sherman, (Edited account made public by the Ass. Sec of War, Jan. 10, 1999) NAUS, BIA, RG 350, 124, pp.3-4. Citados en #2, p. 74]

[49] [Rev. Thomas Sherman, “Report on Conditions in Puerto Rico” Dec. 30, 1898, NAUS. BIA, RG, 350, 124. Ass. Sec. Of War Meikeljohn, “Report of Father Sherman, (Edited account made public by the Ass. Sec of War, Jan. 10, 1999) NAUS, BIA, RG 350, 124, pp.3-4. Citados en #2, p. 74]

[50] [Rev. Thomas Sherman, “Report on Conditions in Puerto Rico” Dec. 30, 1898, NAUS. BIA, RG, 350, 124. Ass. Sec. Of War Meikeljohn, “Report of Father Sherman, (Edited account made public by the Ass. Sec of War, Jan. 10, 1999) NAUS, BIA, RG 350, 124, pp.3-4. Citados en #2, p. 74]

[51] [Arzobispo Louis Ambrose Chappell, Delegado Apostólico de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. SSV, Ae, SSS, 846, V. 49, citado en #2, p 76]

[52] Silva Gotay, Catolicismo y Política … p. 293.

[53]  Silva Gotay, Catolicismo y Política … p. 293.

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