por Julio García – Puerto Rico
Hace un tiempo atrás cuando cursaba las
artes dramáticas y las ciencias políticas en la Universidad de Puerto Rico
(UPR) en Rio Piedras, la problemática del aumento en la matrícula, la
acreditación, la eliminación de servicios académicos, la percepción de
estudiantes sobre la UPR como elección de estudio e incluso hasta el cierre de
algunos recintos, se rumoraba en los pasillos de la UPR. Han pasado desde
entonces más de diez años y hoy el panorama le da hincapié a lo que antes se
rumoraba.
Lo que es inevitable se puede cruzar de
todas formas si no se confronta desde un principio cualquier acción adversa.
Las posibles soluciones se han discutidos atreves de los años, con los
directivos, asambleas y gobierno, pero en su mayoría han sido revocadas. Hoy la
UPR enfrenta una situación muy crítica tanto académico como a nivel social. Los
estudiantes en su más intenso sentir prefieren inclinarse al no cierre de lo
académico, pero las acciones partidarias de un gobierno y una Junta Fiscal, los
obliga en apoyarse al cierre temporero de la UPR.
En cualquier ámbito socio académico, un
cierre, encierra en sí mismo una diversidad de entorpecimientos estudiantiles,
tanto académicamente como emocional, económico, familiar, tiempo y riesgo. Los jóvenes tienen la energía, el tiempo, la
habilidad, la vanguardia, de mantenerse en una posición lateral hacia sus
ambiciones. El poder colectivo juega una parte muy importante en el disponer de
sus causas en contra de la imposición de un sector opositor a los derechos democráticos
y beneficios para el estudiantado.
Por el cual atreves de la resistencia y la
iniciativa de mantenerse firmes en un cierre temporal, los conmueve a indagar en
una posibilidad a favor de un ajuste presupuestario para el bien del
estudiantado y a su vez, la imposición de un “no” al recorte millonario por
parte de la Junta Fiscal y el partidario gobierno. Es bien fácil señalar y
dejar la papa caliente en la mesa de la educación, pero porque no tronarla de
regreso a quienes verdaderamente llevaron a una crisis por los vicios
económicos transferidos en su carácter personal. El problema tiene una raíz que
no solamente implica la crisis de una Universidad, sino que todo el sector
publico incluyendo la educación pública y todos los servicios y entes públicos.
El discurso de transparencia no fue el
discurso que según su palabra lleva una majestuosa verdad, si se refería a la transparencia
como un vehículo de causas justas, me parece pensar que solo disimuló su
propagación, sancionando las ramas débiles del desfavorable árbol frondoso, “el
pueblo”. Así como todo árbol que sus raíces comienzan a socavar y amenazar la
tierra, corrompiendo a su vez la estructura y el autónomo enriquecimiento de un
pueblo, su tronco tiene como consecuencia de sus malos pasos la confrontación
de una cortada minuciosa. El árbol ponzoñoso tiene consigo raíz de ambición y
venganza, es por ello que muchas veces hay que profundizar para llegar a la
raíz del meollo y tomar la sabia planificación para encarar por medio de la
justicia su maligna y dañina amonestación.
Los estudiantes tienen que asumir un plan
de sabias estrategias y defender a su vez su punto defensivo. La unidad
colectiva es necesaria y más que necesaria solidaria para la resistencia, las
vías de austeridad podrían quizás resolver momentáneamente la situación que
encara la crisis, pero no es la solución eficaz para resolver el problema. La voluntariedad
de cada quien, es primordial para este desarrollo dentro y fuera del plantel
universitario. Los jóvenes que
voluntariamente desempeñen una labor en cada área asignada de acuerdo a sus
habilidades, le brindara una inyección de apoyo, solidaridad y confianza al
paro universitario. Es preciso colaborar en su máxima virtud, disposición y
compromiso para lograr los objetivos señalados como prioridad.
El servir voluntariamente para restructurar
los edificios, salones, áreas verdes, el desarrollo económico dentro del
plantel con la ayuda de un plan administrativo de empresas autónomas, les
permitirá expandir disponibilidad de instrucción, desarrollo personal,
autodeterminación, crecimiento académico y personal, liderazgo y motivación. La
universidad de Puerto Rico cuenta con un cuerpo de estudiantes y profesores
capacitados para encarar sus retos, solo hace falta la disposición, el
compromiso y la voluntaria mano amiga para demostrar que si se puede confiar en
una entidad pública. Las herramientas están en sus manos, la situación quizás, es
que no se han dado cuenta del potencial que se posee y la falta de
planificación colectiva que se entiende esta divisada.
Los profesores de leyes y estudiantes,
trabajen en equipo y busquen resoluciones, los de salud, apoyen a sus
compañeros de la resistencia por si hace falta alguna orientación médica, los
de administración de empresas, busquen la forma de cómo desarrollar un plan
autónomo para el beneficio de la universidad, los de arquitectura, trabajen
voluntariamente en equipo y pinten de color el corazón interno y externo de
numerosas paredes huérfanas. De igual forma reconstruyan nuevas áreas de
trabajo, los estudiantes de arte, dibujen carteles, promuevan camisetas,
gorras, instruyan al que está en contra de manera artística, motívenlos a que
estén convencidos que ellos son para de un mismo sistema y que la problemática
es para todos en general.
El paro de la universidad no solo puede
estar encaminado a un plan de restructuración atreves de una asamblea tras
puertas, también debe tener un plan de acción voluntaria, sin ninguna
imposición, despotismo, autoridad, nada de eso. Los planes de trabajo para el
bienestar de la UPR, deben estar sujetos a la docilidad, el respeto, la disposición,
la lealtad, los valores, la motivación, la gratitud, el enfoque y la disciplina,
pero, sobre todo, tener amor para lidiar con todas las causas que interfieran
en el propósito y desarrollo para el bienestar de la UPR.
Este es mi humilde granito de arena,
personalmente lo he puesto en práctica en otras áreas de trabajo y el resultado
ha sido el abrazo y la gratitud de un pueblo extranjero. Creo severamente en la
disposición y la voluntariedad, ya que siempre se está dispuesto, sin la
opresión ni la discordancia de una irreflexiva forma de tratar a los demás. La
peor hazaña es la que no se hace, tratarlo todo muchas veces es necesario para
comprender y creer que algo fue posible. “Ojalá el control de hoy hacia un pueblo
oprimido, mañana sea el camino hacia las causas nobles”
¡Un abrazo solidario siempre!