Buscar este blog

lunes, 27 de marzo de 2017

Una inyección para la UPR


por Julio García – Puerto Rico

Hace un tiempo atrás cuando cursaba las artes dramáticas y las ciencias políticas en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Rio Piedras, la problemática del aumento en la matrícula, la acreditación, la eliminación de servicios académicos, la percepción de estudiantes sobre la UPR como elección de estudio e incluso hasta el cierre de algunos recintos, se rumoraba en los pasillos de la UPR. Han pasado desde entonces más de diez años y hoy el panorama le da hincapié a lo que antes se rumoraba.
Lo que es inevitable se puede cruzar de todas formas si no se confronta desde un principio cualquier acción adversa. Las posibles soluciones se han discutidos atreves de los años, con los directivos, asambleas y gobierno, pero en su mayoría han sido revocadas. Hoy la UPR enfrenta una situación muy crítica tanto académico como a nivel social. Los estudiantes en su más intenso sentir prefieren inclinarse al no cierre de lo académico, pero las acciones partidarias de un gobierno y una Junta Fiscal, los obliga en apoyarse al cierre temporero de la UPR.   

En cualquier ámbito socio académico, un cierre, encierra en sí mismo una diversidad de entorpecimientos estudiantiles, tanto académicamente como emocional, económico, familiar, tiempo y riesgo.  Los jóvenes tienen la energía, el tiempo, la habilidad, la vanguardia, de mantenerse en una posición lateral hacia sus ambiciones. El poder colectivo juega una parte muy importante en el disponer de sus causas en contra de la imposición de un sector opositor a los derechos democráticos y beneficios para el estudiantado.  

Por el cual atreves de la resistencia y la iniciativa de mantenerse firmes en un cierre temporal, los conmueve a indagar en una posibilidad a favor de un ajuste presupuestario para el bien del estudiantado y a su vez, la imposición de un “no” al recorte millonario por parte de la Junta Fiscal y el partidario gobierno. Es bien fácil señalar y dejar la papa caliente en la mesa de la educación, pero porque no tronarla de regreso a quienes verdaderamente llevaron a una crisis por los vicios económicos transferidos en su carácter personal. El problema tiene una raíz que no solamente implica la crisis de una Universidad, sino que todo el sector publico incluyendo la educación pública y todos los servicios y entes públicos.

El discurso de transparencia no fue el discurso que según su palabra lleva una majestuosa verdad, si se refería a la transparencia como un vehículo de causas justas, me parece pensar que solo disimuló su propagación, sancionando las ramas débiles del desfavorable árbol frondoso, “el pueblo”. Así como todo árbol que sus raíces comienzan a socavar y amenazar la tierra, corrompiendo a su vez la estructura y el autónomo enriquecimiento de un pueblo, su tronco tiene como consecuencia de sus malos pasos la confrontación de una cortada minuciosa. El árbol ponzoñoso tiene consigo raíz de ambición y venganza, es por ello que muchas veces hay que profundizar para llegar a la raíz del meollo y tomar la sabia planificación para encarar por medio de la justicia su maligna y dañina amonestación. 

Los estudiantes tienen que asumir un plan de sabias estrategias y defender a su vez su punto defensivo. La unidad colectiva es necesaria y más que necesaria solidaria para la resistencia, las vías de austeridad podrían quizás resolver momentáneamente la situación que encara la crisis, pero no es la solución eficaz para resolver el problema. La voluntariedad de cada quien, es primordial para este desarrollo dentro y fuera del plantel universitario.  Los jóvenes que voluntariamente desempeñen una labor en cada área asignada de acuerdo a sus habilidades, le brindara una inyección de apoyo, solidaridad y confianza al paro universitario. Es preciso colaborar en su máxima virtud, disposición y compromiso para lograr los objetivos señalados como prioridad.

El servir voluntariamente para restructurar los edificios, salones, áreas verdes, el desarrollo económico dentro del plantel con la ayuda de un plan administrativo de empresas autónomas, les permitirá expandir disponibilidad de instrucción, desarrollo personal, autodeterminación, crecimiento académico y personal, liderazgo y motivación. La universidad de Puerto Rico cuenta con un cuerpo de estudiantes y profesores capacitados para encarar sus retos, solo hace falta la disposición, el compromiso y la voluntaria mano amiga para demostrar que si se puede confiar en una entidad pública. Las herramientas están en sus manos, la situación quizás, es que no se han dado cuenta del potencial que se posee y la falta de planificación colectiva que se entiende esta divisada.

Los profesores de leyes y estudiantes, trabajen en equipo y busquen resoluciones, los de salud, apoyen a sus compañeros de la resistencia por si hace falta alguna orientación médica, los de administración de empresas, busquen la forma de cómo desarrollar un plan autónomo para el beneficio de la universidad, los de arquitectura, trabajen voluntariamente en equipo y pinten de color el corazón interno y externo de numerosas paredes huérfanas. De igual forma reconstruyan nuevas áreas de trabajo, los estudiantes de arte, dibujen carteles, promuevan camisetas, gorras, instruyan al que está en contra de manera artística, motívenlos a que estén convencidos que ellos son para de un mismo sistema y que la problemática es para todos en general. 

El paro de la universidad no solo puede estar encaminado a un plan de restructuración atreves de una asamblea tras puertas, también debe tener un plan de acción voluntaria, sin ninguna imposición, despotismo, autoridad, nada de eso. Los planes de trabajo para el bienestar de la UPR, deben estar sujetos a la docilidad, el respeto, la disposición, la lealtad, los valores, la motivación, la gratitud, el enfoque y la disciplina, pero, sobre todo, tener amor para lidiar con todas las causas que interfieran en el propósito y desarrollo para el bienestar de la UPR.  


Este es mi humilde granito de arena, personalmente lo he puesto en práctica en otras áreas de trabajo y el resultado ha sido el abrazo y la gratitud de un pueblo extranjero. Creo severamente en la disposición y la voluntariedad, ya que siempre se está dispuesto, sin la opresión ni la discordancia de una irreflexiva forma de tratar a los demás. La peor hazaña es la que no se hace, tratarlo todo muchas veces es necesario para comprender y creer que algo fue posible. “Ojalá el control de hoy hacia un pueblo oprimido, mañana sea el camino hacia las causas nobles”

¡Un abrazo solidario siempre! 

1 comentario: