(1 de octubre de 1924 - 19 de marzo de 1994
Yo he conocido patriotas
que aman la patria sin límite,
entre esos, en nuestra historia,
vive Irvin Flores Rodríguez.
Compañero y hermano Irvin,
Hoy se cumplen 23 años de tu partida, el 19 de marzo de 1994, y quiero decirte que sigues viviendo en el corazón de tu pueblo. De nosotros cuatro, Andresito, Lolita, tú y yo, quedo yo, y a través de mí el pueblo los abraza y expresa su agradecimiento pues después de 62 años ha visto claramente la verdad de lo que fuimos a decir a Washington aquel 1 de marzo de 1954. Comparto esos abrazos con ustedes.
Siempre te recuerdo y hoy quiero compartir lo que narró nuestro hermano Juan Rodríguez Cruz sobre cómo llegaste a la lucha en una reseña biográfica que escribió sobre ti en 1993, a catorce años de nuestro regreso a la patria.
Avanzada esa década de 1940 a 1950, Mayagüez era un hervidero de sentimientos patrióticos y organizaciones independentistas y nacionalistas.
…
En Mayagüez, Juan Mari Brás había organizado y dirigía en 1943 el Capítulo de Agregados Pro-Independencia. Más tarde se divide en la Juventud Independentista presidida por Juan Mari Brás y la Juventud Revolucionaria dirigida por Rafael Cancel Miranda, entre otros, y siendo consejeros Santiago Mari Ramos y Rafael Cancel Rodríguez. Así fue como en una tertulia que sostenía la Juventud Revolucionaria en el 1946 en la Plaza Colón de Mayagüez, Irvin se acercó como un curioso y quedó preso en la arenga patriótica para siempre. Quien habla en ese momento era Rafael Cancel Miranda. A partir de ese instante Irvin se convierte en uno de los más militantes de aquel grupo de jóvenes revolucionarios.
En septiembre de 1991, tú mismo narraste a Claridad cómo fue tu encuentro con don Pedro Albizu Campos.
El 15 de diciembre de 1947, el Maestro regresa a la Patria del exilio forzoso que le impusiera el imperio, luego de cumplir una condena de 10 años de prisión en una cárcel federal. El Cuerpo de Cadetes se prepara a cumplir deberes superiores y va a recibir como héroe a su comandante en jefe, a su comandante supremo.
Yo me sentía el joven más orgulloso de todo Puerto Rico al ser cadete de ese cuerpo militar y presto a ir a rendirle honores al jefe supremo, al Maestro, al hombre más grande y ejemplar que ha dado la historia de lucha y sacrificio por la independencia de Puerto Rico.
…
La idea de saludar y estrechar la mano del Maestro siempre la tuve conmigo desde su regreso a la Patria. La ocasión anhelada se me presentó cuando me invitaron a ser parte de una delegación de la Junta Nacionalista de Mayagüez para ir a visitar a don Pedro en el Hotel Normandie, lugar donde se hospedaba. Componía la delegación don Rafael Cancel Rodríguez, don Jacinto Rivera Pérez, Emilio A. Torres, Juan Ramón Martínez, Reynaldo Trilla Martínez, Rafael Cancel Miranda y yo. Para mí fue uno de los momentos más grandes y emotivos de mi vida dentro de la lucha patriótica.
Recuerdo, Irvin, que tuvimos programas radiales patrióticos y publicamos boletines, combatimos la marinería yanqui cuando se metieron en Mayagüez. Tú participaste en la acción armada durante la Insurrección Nacionalista de 1950. El “don Flor” que buscaba la policía por los montes de Puerto Rico no era otro que tú. No bien pasados dos años de nuestro regreso a la patria estuviste dispuesto a poner tu vida en la línea de fuego por Vieques, tal como lo hiciste aquel 1 de marzo de 1954. Desde que empezaste tu lucha, jamás hiciste pausa.
Te diste de lleno y para siempre. Eras un hombre de valor sereno y seguro de la causa por la cual luchabas. No muere quien después de la muerte sigue dándole vida a su pueblo. ¡Gracias, Irvin!
Rafael Cancel Miranda
Se llega más pronto a la meta de pie que de rodillas.
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