A juicio del demógrafo Raúl Figueroa, la temporada de graduaciones que se avecina vuelve a despertar las mismas inquietudes que año tras año ataca a las industrias y al Gobierno respecto a cómo suplir empleo a más profesionales dentro de un país con pocas ofertas de desarrollo económico.
“Lo que está pasando en los últimos años es que, al encontrarse con un panorama tan difícil laboral, sobre todo en profesiones como maestros, abogados o comunicadores, que, cuando salen, no encuentran un trabajo rápido, los jóvenes toman la opción de irse a Estados Unidos”, explica Figueroa.

De hecho, tan solo en el 2014, Puerto Rico vio partir a 64,000  personas a Estados Unidos, de las que gran parte fueron nuevos profesionales. Según el demógrafo, el problema es que, aunque se espera que los datos migratorios de 2015 se publiquen a mediados de julio, se estima que esta cifra rondará los 80,000 “Y seguirá aumentando en 2016”, alerta el experto.


“El Gobierno no puede hacer mucho para evitar que se vayan. Lo único que puede hacer es tratar de buscar facilitar que las personas establezcan negocios aquí, porque tendremos algunos jóvenes que quizás no tengan problema para conseguir trabajo, como los programadores o personas que estén en el área de la salud. El problema es que muchas veces consiguen trabajos mejor remunerado en Estados Unidos”, añade.

El demógrafo apunta, además, la posible amenaza de que se disminuya el salario mínimo a los menores de 25 años, tal como lo esboza el proyecto H. R. 5278 (PROMESA), que se discute en la Comisión federal de Recursos Naturales, como otro detonante para que los nuevos profesionales prefieran abandonar el país.

Por esta razón, Figueroa no prevé que la colocación de nuevos profesionales dentro del modelo productivo de la isla vaya a tener amplias repercusiones en las tasas de desempleo y empleo locales. En abril, el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos celebró la disminución del desempleo local al colocarse en una tasa de 11.7 %. Esta baja representa 1,000 desempleados menos que en marzo de este año y 4,000 menos que en abril de 2015. Asimismo, la agencia aplaudió que el pasado mes se añadieran 3,000 empleados más al estimado de empleo ajustado estacionalmente, para colocar la fuerza trabajadora en cerca de los 1,003,000 personas.

“Va a depender, porque la tasa de desempleo solo toma en consideración a la gente que está buscando trabajo. Pero, si muchos desempleados se van de Puerto Rico, la tasa seguirá disminuyendo”, acota. En cambio, si estas personas se mantienen en la isla, Figueroa no duda de que el desempleo aumente en los próximos meses.

Al mirar datos de los pasados dos años, la tasa de desempleo en el país disminuyó en los meses posteriores a la época de graduaciones universitarias. En el 2014, la tasa de desempleo en mayo estaba ubicada en 13.6 %. Ya para diciembre, cuando ya el país tenía 64,000 personas menos, esa tasa estaba ubicada en 12. 7 %. En 2015, el panorama se mantuvo inmóvil, ya que en mayo la tasa de desempleo se ubicó en 12.1 % y en diciembre se mantuvo en 12.2 %.

Claves para evitar la fuga
Para prevenir esto, la consultora en recursos humanos y administración de pequeños negocios, la señora Jiménez, advierte que lo ideal sería que más jóvenes se inserten en el campo de las nuevas empresas tipo start-ups para fomentar que se queden en el país.

“Hace diez años nadie hablaba de empresarismo. Tú simplemente te preparabas para una profesión. Ahora más personas tendrán su negocio, como médicos, abogados o ingenieros. La gente tiene que estar consciente de que, como está el mercado en Puerto Rico, no será fácil conseguir trabajo y necesitan tener una visión más amplia de lo que se van a dedicar, más allá de lo que estudiaron”, sostiene.

Según Jiménez, el desarrollo de más emprendedores detona una reacción en cadena en la que más pequeñas empresas y empresarios pueden dar trabajo a sus pares.
“Fomentar la creación de nuevas empresas es vital porque, de lo contrario, no habrá más empleos”, concluye la expert.